Reconocida por su gran labor altruista en la comunidad y sociedad sonorense, Marcela Fernández de Gándara partió del plano terrenal dejando un gran legado filantrópico. Apenas hace unos meses se dio a conocer que padecía fibrosis pulmonar, lo cual no la detuvo para seguir con sus actividades de apoyo y atención social.
Nació el 30 de noviembre de 1947 en Hermosillo, Sonora, en el matrimonio formado por José Ramón Fernández Suárez y Luisa Aguilar Espinosa.
Del 2009 al 2012 fungió como presidenta honoraria del sistema DIF Hermosillo, al acompañar como primera dama a su esposoJavier Gándara Magaña en ese entonces presidente municipal de esta ciudad capital.
Mujer alegre, activa, solidaria y siempre comprometida con las causas sociales, tuvo como meta servir a los demás por lo que junto a su esposo Javier Gándara Magaña creó laFundación Ganfer que a través de 30 años ha llevado a cabo varios programas integrales en pro de los más vulnerables.
Con la Fundación Ganfer ayudó a mujeres con capacitación para el trabajo a través de cursos de gastronomía, belleza, costura, emprendimiento, entre otros programas, para que las féminas tuvieran una oportunidad de desarrollarse y obtener sus propios recursos.
Con el programa Un paso a tiempo para combatir las adicciones, y Santa María Goretti IAP ayudó a niñas y niños en situación vulnerable; una mujer con un gran corazón siempre dispuesta a atender y emprender para mejorar las condiciones de vida de las familias en vulnerabilidad.
Su frase “Cuando las ganas por servir, la voluntad por ayudar y el amor al prójimo se unen suceden cosas extraordinarias”, quedó ya para la posteridad.
A la reconocida dama sonorense le sobreviven su esposo Javier Gándara Magaña, sus hijos Javier Francisco, Luisa Alejandra, Germán, Ana Marcela, Adreana y Gerardo.
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