Los más de 200 kilogramos de pirotecnia que fueron confiscados por la Policía Municipal fueron incinerados.
La Fiscalía General de la República, FGR, puso a disposición de la Sedena el cargamento de artefactos explosivos y se procedió a su destrucción.
Elementos de la Sedena ubicaron un punto en la zona desértica de San Luis para llevar a cabo el procedimiento, sin riesgo alguno para la ciudadanía.
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