Esta primera misa solemne cantada sucedió el 25 de enero de 1605 en el delta del Río Colorado, hoy denominada Villa Koipal, y fue oficiada por el sacerdote franciscano Fray Francisco Escobar, acontecimiento que se convirtió en parte de la cultura local de las familias sanluisinas.
Durante la misa, el sacerdote Ramón Tapia hizo entrega al alcalde del tradicional signo conformado por una espada y crucifijo, símbolos espirituales conmemorativos de esta fecha.
Por su parte, el presidente municipal reconoció en su mensaje el trabajo de los historiadores e investigadores George Chávez y el profesor Enrique Iglesias Serafín por su gran aportación a la historia sanluisina, al dar a conocer este hecho importante que marcó un antes y un después en la ciudad, así como destacó la labor de la institución religiosa por la salud espiritual de la comunidad.
Asimismo, compartió que actualmente San Luis se encuentra en un momento evolutivo al trabajar en grandes obras que van a dejar como herencia a futuras generaciones una ciudad urbanizada, por ello es importante recordar su historia para que estas mismas no olviden sus orígenes como comunidad.
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