El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió interrumpir su participación en la cumbre del G7, realizada en Kananaskis, Canadá, para regresar a Washington en una decisión que responde al aumento de tensiones en Medio Oriente, tras una serie de ataques entre Israel e Irán.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que el retorno del mandatario se debe a la “gravedad de la situación en Oriente Medio”.
No se ofrecieron más detalles sobre las acciones inmediatas que tomará la administración estadounidense.
Previo al anuncio oficial, Trump publicó un mensaje en su plataforma Truth Social, reiterando que Irán no debe poseer armas nucleares y solicitando la evacuación inmediata de Teherán.
Este mensaje se difundió luego de una jornada de ataques cruzados entre ambos países, en la que Israel bombardeó instalaciones en Teherán y Natanz, mientras que Irán respondió con misiles dirigidos a Tel Aviv.
Durante su presencia en el G7, Trump no respaldó la declaración conjunta promovida por los líderes europeos, que proponía una desescalada del conflicto y el reinicio de negociaciones nucleares con Irán, en lugar de ello, el gobierno estadounidense ha reforzado su apoyo a Israel y ha movilizado recursos militares hacia el Golfo Pérsico.
Se reportó que Trump sostuvo una reunión privada con el primer ministro británico, en la que reiteró que la prioridad de su administración es evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear.
Mientras tanto, el Pentágono analiza un posible incremento del despliegue militar en la región. La población civil en Teherán ha comenzado a evacuar, mientras gobiernos extranjeros retiran a su personal diplomático ante el posible avance del conflicto.
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