Tras el inicio de las operaciones militares entre Israel e Irán el pasado 13 de junio, el sistema de defensa aérea israelí ha enfrentado una demanda constante de intercepciones de misiles, en particular mediante el uso del sistema Arrow, según un informe difundido por Middle East Eye y respaldado por fuentes estadounidenses.
Exfuncionarios del gobierno de Estados Unidos informaron que el ritmo de uso del sistema Arrow se ha acelerado debido al número de misiles balísticos lanzados desde territorio iraní por lo que el alto costo por unidad y la limitada capacidad de producción han generado preocupaciones sobre la posibilidad de que las reservas actuales se agoten en menos de dos semanas.
Los sistemas complementarios, como David’s Sling, Iron Dome y el sistema THAAD, han sido activados en conjunto, pero varios de los misiles empleados por Irán solo pueden ser interceptados mediante Arrow.
Algunos modelos, como el Fatah‑1, incorporan capacidades de velocidad y maniobra que aumentan la dificultad de su neutralización.
Israel ha llevado a cabo operaciones para reducir la capacidad ofensiva iraní, destruyendo lanzadores y sistemas antiaéreos, sin embargo, estas acciones han requerido un uso intensivo de interceptores, lo que ha acelerado la necesidad de refuerzos.
Estados Unidos ya ha enviado parte de su inventario, aunque el Pentágono ha advertido que esto podría comprometer sus propias reservas ante escenarios prolongados.
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